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CLASES VIRTUAL 2009

LA UNIVERSIDAD QUE SOÑAMOS TODOS

LA UNIVERSIDAD QUE SOÑAMOS TODOS

 

LA UNIVERSIDAD QUE SOÑAMOS TODOS

Por: Oswaldo Patricio Carrión

"El mayor de los cambios se ha producido en el campo del conocimiento y el mayor desafío es el de la educación ya que en el futuro inmediato se requerirá de personas diferentes educadas de distinta manera que como se hace hoy en día, con capacidades adecuadas para enfrentar y resolver situaciones nuevas en un entorno rápidamente cambiante.”

Peter Drucker (1994)

Introducción

En el momento actual, en que la universidad ecuatoriana está debatiendo sobre la nueva Ley de Educación Superior, elaborada por la SENPLADES (Secretaria Nacional de Planificación y Desarrollo) y que afecta a toda la estructura de la universidad, es importante analizar las problemáticas existentes, con la finalidad de avanzar hacia una educación superior de calidad, educación que soñamos todos, y esperamos que en algún momento se cumpla.

El objetivo de este artículo, es reflexionar sobre los problemas que las universidades ecuatorianas enfrentan y que se relacionan con los distintos contextos sociales.

Este trabajo plantea un análisis sobre la calidad en la educación, las responsabilidades que tienen los diferentes actores que intervienen en este proceso y que es importante estudiarlo, desde el compromiso de cada uno, tales como: el Estado, el sector empresarial, las instituciones universitarias, los docentes, los estudiantes.

Para el desarrollo de este trabajo se han citados reflexiones de algunos autores e instituciones relacionada con la educación superior, mismos que han permitido profundizar el desarrollo de este artículo.


Desarrollo.

Las organizaciones se fundamentan a establecer todos sus servicios en satisfacer con eficiencia las necesidades de los demás, las exigencias de una sociedad globalizada que permite el libre intercambio comercial y cultural entre los países, obliga a que estas organizaciones sean cada vez, eficaz y eficiente por la competitividad que impera entre las empresas en lo que tiene que ver a la productividad y calidad de sus servicios.

Es que la calidad como lo manifiesta Edwards Deming (1986), quien fue un importante estudioso de la calidad y reconocido por lograr cambiar la mentalidad de los japoneses al hacerle entender que la calidad es un “arma estratégica”, y que se fundamentaba este círculo de la calidad en la localización de los problemas y atacarlo de raíz, a través de sus cuatros etapas las cuales son “Planear, Hacer, Verificar y Actuar”.1

Arma estratégica en las que muchas de las organizaciones y personas, la han adoptado como una filosofía de vida, y las que han permitido ser más competitivos, responsable y tomar el liderazgo hacia el cambio.

La universidad está comprometida a este cambio, y la sociedad así lo exige, de demandar una educación de mayor calidad, desde esta perspectiva Ángel Villarino Justino, profesor de la universidad de Puerto Rico, establece que una educación de calidad es aquella “que crea los medios, el sistema, los procesos, las estrategias educativas para fomentar de modo reflexivo, creativo, crítico, eficiente y efectivo la liberación humana, tanto en el sentido ético como político, es decir, el desarrollo humano integral”.2

Es que las instituciones de educación superior están comprometidas en formar ciudadanos íntegros, vinculados con las necesidades de su comunidad, con sentidos de pertinencia, que actúen positivamente antes las oportunidades de construir un país de opciones y bienestar, sin perder de vistas la excelencia técnica y científica que demanda los grandes desafíos de la sociedad.

La universidad que soñamos todos, en América Latina, debe ser una institución de educación superior vinculada a la realidad de los problemas y necesidades sociales de los países que conforman la región; al respecto, para la UNESCO, la pertinencia y la calidad, junto a la internacionalización representa los tres aspectos claves que determinan la posición estratégica de la educación universitaria.3

Es que todos lo que formamos parte de este claustro universitario, debemos de responsabilizarnos en construir un currículo universitario reconocido internacionalmente, de manera que permita la movilidad de nuestros estudiantes y el reconocimiento profesional en cualquier parte de los países de nuestro continente.

Para lograr esta universidad, la que soñamos todos, debemos de pensar que las universidades se enfrentan a muchas problemáticas que se relacionan con los distintos contextos sociales de cada uno de los países del continente, planteamiento que se hizo en la Conferencia Regional de la UNESCO sobre la Calidad de la Educación Superior realizada en la Habana en 1996, donde definen que la calidad de educación superior, se vincula a diversos problemas complejos, los cuales podemos citar de manera resumida: “la expansión de universidades en el continente, dificultad estructural de los sistemas educativos y su escasa conexión entre sus distintos niveles, la disminución de las dotaciones presupuestadas para cubrir las crecientes necesidades, las escasas remuneración que reciben un gran porcentaje de docentes, la innovaciones curriculares y el mejoramiento de los métodos de enseñanza-aprendizaje, el vertiginoso avance del conocimiento y del acceso a la información”.4

Problemas que se presentan en las universidades ecuatorianas y que es importante analizarla desde la responsabilidad de cada uno de sus actores, el Estado, el sector empresarial, las instituciones universitarias, los docentes, los estudiantes.

El Estado a través de sus organismos responsables, hacen todos los esfuerzos por mejorar el sistema Educativo Nacional, en todos sus niveles; porque esa es su responsabilidad de establecer una educación de calidad. Educación que se fundamenta, como lo indica Delors (1996), en cuatro pilares: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a convivir y aprender a ser, 5 esto es, educación para todos.

De esta manera, es evidente que la educación está llamada a ser uno de los pilares centrales del desarrollo del país y por ende es un derecho humano, derecho que se respalda por la Constitución de la República, en sus artículos 26 y 27, del CAPITULO SEGUNDO, DERECHO DEL BUEN VIVIR, SECCIÓN QUINTA.

En nuestro país la implantación de un modelo de calidad y competencia, nos lleva a tener en cuenta aspectos de tipo macro organizativo, y dentro de estos aspectos nos podemos fundamentar en la misma constitución, tomando como análisis, el Titulo VII, RÉGIMEN DEL BUEN VIVIR, artículos 343 y 344 en donde se establecen claramente las responsabilidades y competencias del Sistema Nacional de Educación, especialmente en lo que comprenden a las acciones desde los niveles de educación inicial, básica, bachillerato, y el Sistema de Educación Superior.

En los últimos años se han realizado grandes esfuerzos para que el Sistema de Educación Superior en el Ecuador responda cada vez más eficientemente a las necesidades de la sociedad, desde la perspectiva de una formación realmente integral y de calidad, con un sentido humano, en una búsqueda incesante por hacer realidad el formar ciudadanos críticos y comprometidos con su comunidad.

La actual Constitución de la República del Ecuador, respalda todos estos fundamentos en el titulo VII, REGIMEN DEL BUEN VIVIR, en los artículos 350 al 357, y donde se establece también, que el Sistema de Educación Superior tienen su autonomía en todos sus niveles, y tiene la responsabilidad rectora de la formación académica de calidad, e intercultural, basándose a los que dispone en sus políticas y artículos, del Plan de Desarrollo del País y del Sistema Nacional de Educación.

Otro de los actores responsable es el sector empresarial o productivo del país, ya que existe un divorcio palpable entre estos sectores y las universidades, por lo tanto se debe establecer un vinculo para trabajar mancomunadamente en ofrecer a la sociedad profesionales de calidad. La creciente competitividad del mercado exige a las industrias contar con acceso permanente y oportuno a los nuevos conocimientos que se generan en centros de desarrollo científicos y tecnológicos, que en su mayoría se encuentran en las universidades, pero sin embargo estas deben de establecer un diagnóstico sobre las necesidades de profesionales que requieren las empresas, como lo sostiene Philip Coombs, que las universidades no tienen otra opción real, sino atender nuevas necesidades porque, si “dejan de hacerlo, se hallarán otras maneras de atender estas demandas y las universidades que funcionen mal y no respondan a estas presiones terminarán, como los dinosaurios, siendo piezas de museo". 6

Es una realidad, las universidades de nuestro país deben entender que este mundo cambia a un ritmo acelerado y que se debe proponer otras alternativas de profesionales capacitados de acuerdo a las necesidades de los sectores que lo demandan, en donde es necesario que estos sepan usar adecuadamente las nuevas herramientas que se han desarrollado y garantizar a las empresas en donde laboraran, su desarrollo, éxito, y competitividad.

Es que la universidad que soñamos todos debe responder a los grandes problemas productivos del país y para esto debe estar capacitada para enfrentar los retos que demanda esta sociedad, la misma que debe corresponder, como lo indica Machado (1991) a "un proceso que se inicia con la búsqueda sistematizada de las necesidades tecnológicas prioritarias de una empresa y se extiende hasta la aplicación en los sistemas productivos y a la comercialización en los mercados, de los procesos, equipos, productos u otras actividades de valor en las que se haya introducido cambio tecnológico".7

Este comentario tiene gran validez. Las instituciones de educación superior deben estar preparada para fomentar la investigación, y producto de esto, desarrollar la innovación tecnológica, de esta manera las universidades podrán estar en condiciones de contribuir a fortalecer la capacidad tecnológica de las empresas.

La universidad como actora responsable de la formación de profesionales y el desarrollo de la ciencia y tecnología, debe mejorar sus sistemas de organización académico-administrativo, su legislación debe ser flexible, comparto lo que Miguel Ángel Escotet resalta, que “las legislaciones deben ser flexibles para garantizar una administración universitaria que facilite el proceso de enseñanza aprendizaje y estructuración de la comunidad universitaria y que deben constar con las más modernas técnicas de gestión y gerencia”8, por lo que existen muchas trabas burocráticas y rigidez en sus normas y reglamentos establecidos, por lo que muchos de los que formamos parte de la comunidad universitaria protestamos, no se puede realizar ninguna innovación sin antes pasar por una serie de procedimientos burocráticos, que entorpecen el desarrollo académico y administrativo de las instituciones.

Soñamos con una universidad ecuatoriana pública, despolitizada en lo administrativo, porque se observa que en los últimos años se ha aumentado el número de empleado, no por la necesidad, sino por compromiso que mantienen las autoridades con otras personas o instituciones, es común ver que en muchos departamentos se exceden de personal a lo requerido y en algunos casos se los contrata, y no son idóneos para cumplir las funciones establecidas, donde entorpecen los procesos y el flujo de la información se convierten en un cuello de botella.

Con el nuevo anteproyecto de Ley Orgánica de Educación Superior que ha elaborado la SENPLADES, se pretende remediar todos estos males, quienes la elaboraron consideran basarse a las normas constitucionales, pero según lo que se ha leído y analizado, deja muchas preocupaciones de orden conceptual, legal, académico, administrativo, y relativas a temas esenciales como la libertad de elegir, la diversidad educativa, etc.

Es decir, se politiza más la universidad ya que el anteproyecto estructura un sistema de planificación estatal integral, que abarca como lo manifiesta Fabián Corral “todos los asuntos de la vida universitaria, desde la estructura administrativa, elección de autoridades, contratación de profesores, determinación de pensiones, etc. El objetivo central de la propuesta se aparta de los enunciados de la Constitución que, en forma discursiva e imprecisa, alude, a lo que está escrito en el artículo 350 de la Constitución contrastando con esos conceptos, el art. 175 del proyecto, que establece que la principal obligación “de las instituciones de educación superior es el cumplimiento de los parámetros que señale el Plan Nacional de Desarrollo en las áreas establecidas en la Constitución de la República y en la presente Ley y sus reglamentos”. 9 La misión de esa universidad es alinearse con el Estado y hacerle eco al pensamiento oficial.

Aunque no todo lo que se presente en este anteproyecto de ley sea malo, pero la preocupación radica en las universidades publicas y privadas de perder su autonomía y convertirse en instrumentos del Consejo Nacional de Planificación, y en algunos artículos de esta ley dan carta abierta a que se politice más y que las universidades estén al servicio de los pensamientos del gobierno de turno.

Los docentes, somos los actores fundamentales para establecer una educación superior de calidad, la misma que se ve reflejada en la formación de generaciones de profesionales idóneos y competitivos en el sector empresarial. Pero encontramos muchas problemáticas, a pesar que el profesor universitario, es un profesional con un alto nivel de conocimientos teóricos (y/o práctico) acerca de su materia pero que, un gran porcentaje, posee una formación muy escasa sobre cómo hacer llegar de manera significativa esos conocimientos a sus alumnos, lo que, lógicamente, genera graves problemas en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Los docentes debemos de tener una excelente comunicación con los estudiantes, dentro y fuera del aula, para esto debemos conocer diversas técnicas y formas de enseñar, las cuales se deben de adaptar a las necesidades de los alumnos o las circunstancias.

Es que “los conceptos de Didáctica y Comunicación están tan estrechamente ligados que difícilmente podrían subsistir de manera independiente”10 (Saenz, 1994). El problema surge cuando el profesor es incapaz de realizar su trabajo, simplemente porque no lo conoce; es decir, las carencias y errores que evidencia el profesorado universitario en el ejercicio de su labor docente, no son el resultado de incapacidades esenciales, sino del desconocimiento de “los conocimientos y destrezas que necesitan poseer los profesores de ciencias”11 (Hewson y Hewson, 1998) para construir de manera apropiada el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Es importante analizar lo que indican Hewson y Hewson, porque en muchas universidades ecuatorianas, debido al rápido crecimiento de la población estudiantil, así mismo a la creciente demanda de profesores, y las diferentes disciplinas propias de los programas existentes en las unidades académicas, demandaron la contratación y nombramiento de un buen numero de profesionales, exitosos en su ejercicio para la atención de las diferentes necesidades docentes, pero sin ninguna noción de didáctica para comunicar conocimientos, valores, actitudes, etc., que coadyuven en la formación integral del producto final, que la universidad está en la obligación social de entregar a la comunidad, por medio de cada profesional.

Ken Bain, en su libro "Lo que hacen los mejores profesores universitarios" (2007), manifiesta “que los buenos profesores, saben que enseñar no es meramente transmitir conocimiento, sino que conciben la enseñanza como creación de buenos entornos para el aprendizaje. Estos profesores no eran tan buenos en sus comienzos. Aprendieron, porque se esforzaron en mejorar, valorando si sus esfuerzos, ayudaban o perjudicaban el aprendizaje de sus alumnos”12.

Muchos de los docentes universitarios se han preocupado en mejorar su calidad de enseñanza, capacitándose a través de los organismos de postgrado de las universidades, en diplomados, especializaciones o maestría en docencia universitaria, comprendiendo los beneficios que un correcto conocimiento de las metodologías didácticas pueden aportar a la hora de enfrentar con éxito el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Para concluir deseo manifestar, que las universidades están cambiando su forma tradicional de gestión administrativa y académica y que pese a todos los inconvenientes, también estas tienen muchas potencialidades.

Es hora de crear un proyecto académico de país, donde estén vinculadas todas las instituciones de educación superior, que fortalezcan su autonomía y la aprovechen para generar investigación científica y tecnológica, de eso se tratan los sueños que se conviertan en realidad y no en un mito.


Referencias bibliográficas

· Ángel R. Villarino Justino.( 2004),”Calidad educativa y desarrollo humano basado en Competencias”, Universidad de Puerto Rico,

· Constitución de la República del Ecuador. 2008

· “La calidad en la universidad ecuatoriana”, Consejo Nacional de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior (CONEA 2003).

· Delors, J.”La educación encierra un tesoro”, SANTILLANA/UNESCO, Paris, 1996.

· Deming Edwards. ”Out of the Crisis”; MIT/CAES, 1986.

· Escotet Miguel Ángel (2005),”Formas contemporáneas de gobierno y administración universitaria: visión histórica y prospectiva”. vol. XXVII, núm, 107, pp, 134-148.

· Corral Fabián,” ¿Estatización de la universidad?”, Diario “El Comercio”, Quito, Julio 2 del 2009.

· HEWSON, P. y HEWSON, M (1988) “On aproppiate conception of teaching science: a view from studies of science learning”, Science Education, 72 (5), 597-614.

· Ken Bain (2007), "Lo que hacen los mejores profesores universitarios", Director Center for Teaching Excellence de la Universidad de Nueva York.

· MACHADO F. "¿Gestores tecnológicos o emprendedores de origen técnico? Fragmentación y contexto de la gestión tecnológica y su impacto en la formación de recursos humanos." Ponencias del IV Seminario Latinoamericano de Gestión Tecnológica. Caracas, Venezuela, ALTEC, 23-25 de septiembre de 1991.

· Peter Drucker (1994),The Theory of the Business”, Harvard Business Review, September-October 1994.

· Philip H, Coombs (1968), “The Word Educational Crisis”, Oxford University Press.

· Plan Nacional de Desarrollo, 2007 – 2010.

· Saénz Barrio, O. (1994). “Didáctica general. Un enfoque curricular”. Marfil. Alcoy. Madrid.

· “Evaluación y acreditación de la Educación Superior en América Latina”, (UNESCO 2003).

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